22 Jun ‘Efecto bumerán’ para Escrivá: las jubilaciones de mayores de 65 caen un 34% desde 2013
22/06/2022
La prolongación de la vida activa es un objetivo clave para la sostenibilidad del sistema de pensiones. Con todo, la puesta en marcha de esa política en un primer momento puede volverse en contra, como un bumerán, de sus impulsores. Así ocurre en España donde las jubilaciones demoradas experimentan incluso retrocesos. Actualmente las altas de retiro a partir de los 65 años mantienen una senda constante que ronda las 14.000 jubilaciones demoradas cada año. Este dato contrasta con 2013, cuando este tipo de nuevas jubilaciones fueron más de 21.200. Desde entonces, la comparativa con 2020, último año completo con estadísticas disponibles muestra una caída del 34%, unas 7.200 altas demoradas nuevas menos. Ante esta situación, el Ministerio planteó para este año incentivos que den la vuelta a la tendencia con resultados aún por determinar.
Hasta 2013, la ley que entró en vigor en 2008 recogía un único tipo de incentivo en forma de una cuantía adicional de la pensión público para aquellos que superaban los 65 años. Para las altas demoradas del sistema con menos de 40 años cotizados, la suma era del 2%. Para aquellos con más de cuatro décadas cotizadas, el incentivo era del 3%.
A partir de la reforma de 2011, la ley diversificó el acceso a estos incentivos para demorar la pensión. Ahora, las jubilaciones demoradas con hasta 25 años cotizados sumaban un 2%, desde 26 a 37 años cotizados tenían un incentivo del 2,75% y a partir de los 37 años cotizados quien decidiera alargar su jubilación más allá de los 65 años podría contar con un incremento del 4%. De hecho, el primer año en vigor de esta ley tuvo un gran éxito, alcanzando la mejor cota al menos desde 2008.
Según el Informe Económico-Financiero de la Seguridad Social para los Presupuestos de este 2022, en 2013 hubo más de 21.200 jubilaciones demoradas. En la comparación con el resto de altas a la Seguridad Social, los trabajadores que decidían atrasar el retiro suponían el 11% del total. Es decir, más de uno de cada diez nuevos jubilados optaba por demorar el cobro de su pensión a cambio de recibir una mejora en la retribución pública.
En el caso de las carreras más largas, además, el cambio en la ley favorecía en un punto porcentual su pensión además de flexibilizar el acceso al disminuir en tres años el mínimo exigible para acceder al incentivo. Y así parece desprenderse de la tabla, pues la pensión media de estos jubilados demorados alcanza una media de 1.368 euros que no ha sido superada el resto de años.
En busca del rebote
Entre las recomendaciones del Pacto de Toledo figuran medidas relativas a impulsar el equilibrio entre la edad real de jubilación, que acusa un estancamiento en los 64 años. Además pide medidas para la prolongación voluntaria de la vida laboral compatibilizando la pensión y los ingresos de una actividad profesional a través de la jubilación activa, junto con penalizaciones a al retiro adelantado.
Así, la cartera de José Luis Escrivá decidió introducir nuevos incentivos que fomenten un estiramiento de las carreras laborales. En el informe, Seguridad Social se apoya principalmente en el blindaje del poder adquisitivo del colectivo a través de la revalorización con el IPC como atractivo. Pero, principalmente, se apoya en el refuerzo de los incentivos.
En 2022 se introdujeron un porcentaje adicional de 4% para las jubilaciones demoradas y una cantidad «a tanto alzado» en función de la cuantía de la pensión que premia a las carreras de cotización más larga. En este último caso, el incentivo puede llegar a ser un cheque de hasta 12.000 euros. En todo caso, el jubilado también cuenta con la opción de combinar ambas opciones.
Los expertos creen que el Ministerio «debería alinear el valor del 4% con uno que fuera actuarialmente más justo»
Hasta la fecha, fuentes de Seguridad Social confirman la dificultad para calcular o cuantificar los efectos de estos nuevos incentivos. Las tablas facilitadas cubren los ocho primeros meses del pasado año y muestran cómo el porcentaje de jubilaciones demoradas respecto a a las anticipadas se ha mantenido sobre el 8%, un desequilibrio en la balanza del Sistema.
Según el Grupo de Investigación en Pensiones y Protección Social, hay diferencias a la hora de elegir qué opción tomar como incentivo económico por demorar tu retiro. «Las cuantías ofrecidas por el Ministerio como pago único son muy inferiores a las que le correspondería actuarialmente si se compara con la alternativa de cobrar anualmente un complemento adicional del 4% de la pensión», explicaron en 2021.
Ante esta tesitura, los expertos de la Universidad de Valencia y de Extremadura concluyeron que el Ministerio «debería alinear el valor del 4% con uno que fuera actuarialmente más justo, lo que supondría elevarlo hasta un 7% u 8%, lo cual implicaría un mayor gasto del sistema, pero se mejoraría la equidad actuarial».
Otro punto sobre el que mejorar el acceso a la jubilación demorada, explican los economistas, sería flexibilizar la fecha clave en la que se podría acceder al incentivo, que es un año. «Si el objetivo final es retrasar la edad de jubilación, la forma de facilitarlo es utilizar periodos de aplicación más cortos», sentencian.
Noticia extraída de El Economista. 22/06/2022
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